INADAPTACIÓN SOCIAL

¡Hola de nuevo! 

Después de una semana sin compartir contenido con vosotros/as a causa del pequeño descanso de Semana Santa, volvemos a ponernos las pilas con la ardua tarea del blog. Esta vez, hablaremos sobre la inadaptación social: con qué se confunde y qué es realmente.
En numerosas ocasiones he podido escuchar cómo alguien tachaba de inadaptado a otra persona, únicamente por el hecho de no seguir ciertas modas o conductas que la mayoría cumplía. ¿Tenemos que comportarnos todos/as igual o seguir un mismo patrón para estar "adaptados"? Lo cierto, es que cada persona cuenta con diferencias individuales que hacen de su personalidad y destino algo único. Teniendo en cuenta lo anterior, ser "diferentes" es lo que enriquece a una sociedad, de lo contrario nos desarrollaríamos en un entorno sin diversidad y poco favorecedor para nuestro aprendizaje.
Llamar inadaptado a alguien que elige vivir su vida bajo sus propias inquietudes, me parece un tanto desafortunado, sobretodo porque esa persona no hace daño a nadie con sus decisiones. Sin embargo, si sus actos perjudican a terceros, ya estaríamos más cerca de hablar de inadaptación social.
La verdadera inadaptación social se produce por un desequilibrio en la relación entre la persona en cuestión y el entorno. Este desajuste o desequilibrio, normalmente viene dado por deficiencias educativas; es decir, aprendizajes inadecuados. Además, como comentaba anteriormente, para que un comportamiento sea inadaptado, no sólo debe estar desajustado del convencionalismo social, sino que debe producir malestar o daño tanto a la persona que lo ejerce como a otras personas.
Por ejemplo: si se mantiene a una niña encerrada durante años, sin que pueda tener contacto alguno con su entorno exterior (privándola de estímulos) y sin recibir ningún tipo de educación, es muy probable que se convierta en una persona inadaptada socialmente. Así, en el momento en que la niña salga al exterior, mostrará un comportamiento contrario al de las demás personas, siguiendo sus propias normas (fuera de lo socialmente establecido) y llegando a generar incluso conductas agresivas hacia los otros/as.


Fuente: Pixabay.


Para prevenir la inadaptación social, es imprescindible la participación de los agentes principalmente responsables de la educación y la socialización: la familia, la escuela y la comunidad. A través de ellos, aprendemos una serie de valores y normas necesarias para relacionarnos de manera favorable tanto con el entorno, como con las demás personas. De esta manera, influiría bastante formar parte de una unidad familiar en la que priman aspectos negativos (maltrato, drogodependencia...), pues el niño/a se vería "desamparado" en cuanto a valores y normas se refiere, además de poder adoptar desde pequeño/a conductas que le encaminen a la inadaptación social.
Por ello, es importante contar con una red de apoyo segura y trabajar desde los tres agentes contra la inadaptación social, con el fin de asegurar una mejor calidad de vida futura.


Gracias por leerme un día más. ¡Nos vemos!

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